Estás aqui -> Inicio » La salud de la humanidad » La madre de todos los retos

La riqueza de la vida, la biodiversidad, es de esas cosas que apreciamos más cuando empieza a faltarnos. Hace 60 años, la científica Rachel Carson publicó su famoso libro “La primavera silenciosa” constatando el sielncio que dejaban los pájaros que ya no estaban, que habían sido eliminados por los pesticidas que se usaban contra insectos y plagas.

Hoy, mas de medio siglo después, nos damos cuenta de que la biodiversidad nos falta cuando una terrible pandemia nos recuerda que no estuvo ahí para defendernos. Pero, ¿ Qué relación hay entre pandemias y biodiversidad? ¿Es esta relación rota una cara más de la crisis ambiental?

Pongamos primero un poco de contexto. Hablemos y tengamos muy presentes las tres amenazas autoinfligidas: el cambio climático, la contaminación y la pérdida de biodiversidad. Con mucha frecuencia, lo urgente nos hace olvidar lo importante. Lo cotidiano, lo próximo, la actualidad nos va llevando de día en día y nos cuesta ir al fondo de las cuestiones y establecer relaciones y conexiones entre todas las cosas que vemos y que nos ocurren.

Sufrimos una pandemia terrible. Y también tormentas terribles. Tenemos los océanos terriblemente llenos de plásticos. No menos terrible es el paro juvenil, la crisis económica, las fuertes tensiones sociales, la desigualdad, los problemas migratorios…

Si no nos detenemos a mirar qué es lo que relaciona toda esta batería de problemas, será difícil que le encontremos solución. Cada vez para mas gente, resulta claro que la relación está en la crisis ambiental. Las crisis, económicas, sociales, sanitarias o energéticas son manifestaciones de la crisis ambiental. La crisis ambiental es, en realidad, la madre de todas las crisis.

Lejos de ganar competencias en la protección eficaz de la naturaleza, cuanto más rica es la sociedad, mayor es su impacto ambiental. Aunque también es mucho mayor su capacidad para vestir sus proyectos de verde y convencerse de todo lo contrario. De esta doble capacidad de degradar ecosistemas y disfrazar la realidad surgen las muchas paradojas y contradicciones del capitalismo verde y de los esfuerzos neoliberales por liderar acuerdos y convenios para proteger el medio ambiente que resultan tan ineficaces como costosos. Importante el análisis científico de esta situación para salir de ella (Wiedmann y col. 2020 Nature Communications 11).

Entre los propios economistas surgen voces críticas con el sistema. Críticas que se resumen en tres aspectos problemáticos:

  1. la acumulación de la riqueza en manos de unos pocos,
  2. el agotamiento de los recursos (en especial el petróleo),
  3. el aumento de la importancia de la economía financiera sobre la economía “real” (la que produce bienes y servicios) dicho de otro modo, ganar dinero sin trabajar.

Las entidades financieras pueden jugar un papel mortífero. En 2019 se destinó una inversión total de 2,6 billones de dólares (casi el doble del PIB de España) a inversiones que destruyen la biodiversidad, generan fuertes emisiones de gases invernadero y degradación ambiental en la construcción, producción de alimentos o turismo. Los responsables fueron los cincuenta principales bancos del mundo. Un reciente informe (Bankrolling Extinction) demuestra cómo las entidades financieras contribuyen a la destrucción del planeta a través de préstamos y garantías.

Hay que potenciar dos intangibles clave para alcanzar la sostenibilidad, la confianza y el prestigio. Intangibles que son valiosos y difíciles de monetizar pero confieren resiliencia y sostenibilidad en un mundo en cambio y desde luego favorecen la transición

Hagamos un repaso de conceptos y datos que nos ayuden a trabajar por un mundo mejor.

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Fenando Valladares

Aprender y enseñar forman un círculo virtuoso del que obtengo energía y motivación para los proyectos más ambiciosos y disparatados.

Aprender y enseñar forman un círculo virtuoso del que obtengo energía y motivación para los proyectos más ambiciosos y disparatados.