Etapa 1 | El desierto costero

Partimos de madrugada desde las orillas del Pacífico para internarnos en un mar de arena. Impresionantes vistas dominadas por la geología, sin apenas presencia de vida, más allá de algunas aves marinas. Corrimos unos 35 kms salvando un desnivel de 1500 m, con unos niveles de radiación muy altos y un aire muy seco, pero unas temperaturas razonables porque la bruma marina y cierta calima, combinadas con algunas nubes altas reducían el impacto del sol. Tras muchas curvas ascendentes coronamos un puerto que nos permitió dejar atrás el océano e internarnos en las planicies a mas de mil metros de altitud que darían paso al desierto interior.

En lo alto de algunas lomas, al alejarnos de la costa, la condensación de humedad permitía la presencia de una vegetación tan interesante como dispersa compuesta por algunas plantas crasas y diversas especies de cactus.

Pero el paisaje estaba absolutamente dominado por los colores de la arena, en algunos puntos blanca, en otros naranja o pastel.

En los últimos kilómetros conectamos con la locura de proyecto agroindustrial de regadío en mitad del desierto que da sustento al poblamiento de Majes y el Pedregal. Comprobamos con desesperación el plan de triplicar la extensión de esta locura en el desierto con el proyecto Majes-Siguas II. A nuestro regreso a España escribiríamos algunos artículos de prensa para explicar y denunciar estos sueños de riqueza con un tremendo impacto ambiental.