Estás aqui -> Inicio » La salud de la humanidad » Vídeo » 5 minutos con » CINCO MINUTOS CON… el efecto invernadero

El cambio climático es la principal amenaza que se cierne sobre la humanidad. Una amenaza sobrevenida tras la Revolución Industrial, a causa de la quema desmedida de combustibles fósiles. Esta quema ha producido una gran liberación de gases de efecto invernadero, que han provocado a su vez la subida de la temperatura global de la atmósfera. Pensemos que el 80% de toda la energía que consumimos los 7500 millones de personas que formamos hoy la humanidad procede de quemar combustibles fósiles. La inmensa cantidad de gases generada en esta combustión global se acumula en la atmósfera porque la generamos a más velocidad de la que puede ser eliminada de allí y transportada a hojas, troncos y suelos mediante los ciclos naturales de materia y energía.

El efecto invernadero es, en realidad, un proceso completamente natural. Todas las atmósferas de todos los planetas que tienen una lo experimentan. Se debe al cambio que sufre la radiación solar al incidir sobre la superficie del planeta. El cambio la hace menos “transparente” a la atmosfera, y por tanto la radiación queda retenida en la atmósfera que de esta forma atrapa un calor que no se libera al espacio como cuando hay menos de estos gases. Un poco de efecto invernadero es bueno. Bueno para la vida, claro. Sin ningún gas de efecto invernadero la temperatura media del planeta sería de 18 grados bajo cero, con lo que posiblemente ninguno de nosotros ni la mayoría de especies que conocemos estaría donde estamos.

Ahora sufrimos un exceso de gases de efecto invernadero. Mas gases, mas calor, y más calor en la atmósfera (y acto seguido en los mares, hielos y masas de tierra) genera un clima inestable. Hay más energía puesta en juego. Gotas frías y huracanes… Se acentúan los extremos climáticos. Además, el calentamiento debilita los límites entre regiones climáticas y se vuelve más probable que un huracán llegue a zonas templadas o que una ola de frio alcance regiones tropicales.

Una cosa es la variabilidad en el clima y otra muy diferente el cambio climático. Por cambio climático nos referimos a la incidencia de los gases de efecto invernadero emitidos directa o indirectamente por los seres humanos. Sabemos que el cambio climático incrementa la variabilidad del clima. Pero el clima siempre ha variado. Las oscilaciones en la actividad solar, los cambios orbitales del planeta (los llamados ciclos de Milankovick), las erupciones volcánicas y las anomalías climáticas, todas afectan al clima. Pero todo ello no puede explicar el incremento de las temperaturas en el último siglo.

En el sistema climático hay muchos componentes. Uno muy importante, aparte de la atmósfera, son los mares y océanos. El cambio climático está debilitando la cinta de transporte de calor de los océanos, la llamada circulación termohalina. Corrientes de agua de distintas temperaturas y salinidades que recorren el planeta y transportan el calor del ecuador y los trópicos a las zonas templadas y frías. Esta cinta favorece la vida en regiones que de otra forma estarían heladas y “refrigera” zonas que de otra forma estarían “recalentadas”. Una cinta cada vez más lenta y débil permite que ciertas zonas del planeta puedan entrar en “glaciaciones” locales a pesar de que la temperatura global sea cada vez mayor.

Desde la revolución industrial la temperatura media del planeta ha subido 1,1 ºC. Parece poco, pero es mucho. En las regiones polares el valor supera los tres grados. Lo más importante es que lo ha hecho de forma muy rápida. No existe registro geológico ni evidencia alguna que muestre otra subida tan rápida de las temperaturas en la historia del planeta. Si superamos 1,5 ºC y sobre todo si superamos 2ºC el clima será muy diferente y será muy difícil volver atrás. Por eso la importancia del Acuerdo de Paris, un acuerdo en el que los países del mundo aceptaron en 2015 hacer un inventario exhaustivo de sus emisiones y poner en marcha mecanismos para reducirlas en los próximos años.

Para entender qué le pasa al clima se creó hace tres décadas un organismo independiente coordinado por las naciones unidas, el IPCC, el panel intergurbenamental del cambio climático. El IPCC reúne a miles de científicos de todos los países del mundo. Incluye a los mejores. El IPCC combina dos características de los datos científicos: la evidencia y el acuerdo. La evidencia tiene en cuenta cuantos estudios hay sobre el tema, y la calidad de los mismos. El acuerdo considera si los distintos estudios concluyen lo mismo o no. Con estas dos características, el IPCC cuantifica la incertidumbre de sus conclusiones. El IPCC habla siempre en términos de probabilidad, no de certezas absolutas.

Sin embargo, no todo es ciencia. La variable más importante, la que determina en mayor medida los escenarios climáticos futuros, es la emisión de gases con efectos invernadero. Algo que los científicos no deciden, sino que decidimos entre todos. Hemos visto como habla la ciencia del clima. Ahora tenemos que ver como habla la humanidad sobre el ingrediente principal del cambio climático: las emisiones.

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Fenando Valladares

Aprender y enseñar forman un círculo virtuoso del que obtengo energía y motivación para los proyectos más ambiciosos y disparatados.

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