Vivimos como extraterrestres en el planeta Tierra. Pensamos en conquistar Marte, buscando desesperadamente una salida a los estragos ecológico-sociales que causamos en la Tierra. Sin embargo, esta salida no resuelve los problemas básicos que ha creado la humanidad, por lo que estamos destinados a cometer los mismos errores repetidamente. Debemos avanzar con la alfabetización ecológica básica de la sociedad. Nuestro objetivo final no puede ser «mejorar indefinidamente el bienestar de la humanidad» (por importante que nos parezca), sino el funcionamiento sostenible de un planeta que hace posible nuestra existencia dentro de una biosfera rica y diversa. Nuestra fantasía sobre el excepcionalismo humano, considerándonos apartados y por encima de la naturaleza sin estar sujetos a sus leyes, hace que prestemos poca atención a la destrucción que estamos provocando en la trama de la vida. Como Nate Hagens y Richard Heindberg (en Heindberg 2011) han desarrollado ampliamente, no tenemos un problema de escasez de recursos, sino más bien de exceso de expectativas.
El objetivo del nuevo modelo de bienestar humano que está surgiendo en el Antropoceno debe ser adecuar nuestro modo de vida a los límites ecológicos impuestos por el planeta. Este nuevo modelo se basa en la noción de que el bienestar depende de permitir una vida digna y de oportunidades para todos los seres humanos, pero protegiendo al mismo tiempo la integridad de los sistemas que sustentan la vida de la Tierra. El marco conceptual, que se visualiza como un «Donut» con límites sociales internos y límites planetarios externos (Raworth 2017), puede proporcionar una orientación muy necesaria para el progreso de la humanidad en el siglo XXI.
El Antropoceno como era geológica diferenciada ha sido objeto de un debate activo dentro de la comunidad científica. Esta era incluye la noción de que Homo sapiens ha tenido un gran impacto en los procesos planetarios globales. Es importante conectar la noción y la naturaleza del Antropoceno con el éxito socioeconómico y los impactos ambientales inesperados o no planificados de la actividad antropogénica. Algunos de los principales logros a lo largo de la historia de la humanidad han implicado desarrollos importantes para muchas civilizaciones humanas, pero también han tenido resultados no deseados que no podíamos prever, incluido el aumento de las emisiones de gases de efecto invernadero, los cambios en el área de distribución de especies o afectación de todos los principales ciclos biogeoquímicos.
El aumento de la esperanza de vida y la salud humanas ha promovido un crecimiento demográfico exponencial, que junto con el aumento de la huella ambiental per cápita ha empujado muchas variables fundamentales para el funcionamiento de la Tierra (por ejemplo, biodiversidad, ciclo del nitrógeno, cambio climático) fuera de sus límites de seguridad. Hay muchos ejemplos de ecosistemas que se han derrumbado en todo el mundo porque hemos cruzado los límites de su explotación sostenible. Paradójicamente, es la humanidad misma la que está empujando al Planeta a condiciones en las que nuestra propia supervivencia no será posible. La razón detrás de un impacto ecológico y funcional tan fuerte en el Planeta en un espacio de tiempo relativamente corto es un sistema económico insostenible basado en el supuesto de que un crecimiento económico perpetuo no solo es posible sino deseable. Nuestro despertar debe descansar en un marco global destinado a cambiar nuestra relación con el Planeta.
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( votes)Aprender y enseñar forman un círculo virtuoso del que obtengo energía y motivación para los proyectos más ambiciosos y disparatados.
Aprender y enseñar forman un círculo virtuoso del que obtengo energía y motivación para los proyectos más ambiciosos y disparatados.
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