Etapa 2 | El desierto interior

A medida que nos alejamos de la costa del Pacífico y ganamos altitud comienza a aparecer la vegetación. La humedad nocturna, el rocío, y un poco de precipitación anual permiten el establecimiento de cactus y matorral disperso. Es territorio de guanacos. Atravesamos el distrito de Majes y pasamos por yacimientos arqueológicos como el del Alto Huacan. En estos veinte kilómetros pasamos de los 1500 metros de altitud a los más de 3000 y nos aproximamos a las altas montañas y los volcanes de más de 5000 y 6000 metros de elevación. Solo los arroyos y cuencas de pequeños ríos aportan la humedad suficiente para una agricultura modesta de subsistencia y aportan algo de verde a un paisaje dominado por tierra, rocas y arena.

En 1999, se crea el distrito de Majes, designándose como su capital al centro poblado El Pedregal, que se eleva a la categoría de villa y queda conformado por territorios desmembrados de los distritos que ocupaba de las provincias de Caylloma. Hasta 1981 constituía un desierto en el más puro sentido de la palabra.
El asentamiento humano actual es consecuencia de la irrigación de la pampa alta de Majes. Un proyecto agroindustrial insostenible actualmente pendiente de ampliación. A pesar de los desmanes recientes del ser humano, el territorio conserva paisajes espectaculares y extensas lomas de vegetación dispersa en las que se pierde la vista.