Estás aqui -> Inicio » La salud de la humanidad » Arequipa, la ciudad blanca

La leyenda dice que el cuarto inca, Mayta Cápac, fundó la ciudad de Arequipa. El origen del nombre viene de la expresión inca “ari qipay”, que en lengua quechua significa “sí, quedaos”. Fue lo que, aparentemente, le dijo Mayta Cápac a los que quisieron quedarse. Los conquistadores españoles fundaron la capital de la región en al pie del volcán Misti el 15 de agosto de 1540 bajo la denominación de Villa Hermosa de Nuestra Señora de la Asunta . Desde esa fecha y durante más de tres siglos la ciudad fue poblada por familias españolas, de forma que Arequipa ha sido la ciudad del Perú con más españoles. Es la segunda ciudad más industrializada y con mayor actividad económica del país, sobre todo por los productos manufacturados, la producción textil de lana de camélido y la producción y comercialización de concentrados de cobre y molibdeno. ​ La ciudad tiene vínculos comerciales activos con Chile, Bolivia y Brasil y con las ciudades conectadas por medio del ferrocarril del Sur así como con el puerto de Matarani.

La Arequipa de hoy conserva un núcleo histórico de la época colonial dominado por la plaza de armas, la catedral y el inmenso monasterio de Santa Catalina de Siena. Fuera de este núcleo histórico, la arquitectura es caótica, las calles se entrecruzan si mucho orden ni diseño y muchas casas muestran paredes sin pintar y plantas aún por construir. La ciudad está atravesada por el rio Chili que en su día supuso una cuenca fértil de gran actividad agrícola. Ahora esa actividad está amenazada por un urbanismo descontrolado y oportunista y por la contaminación del suelo y las aguas. No obstante, aun se pueden disfrutar en plena ciudad de interesantes vistas sobre el rio y de fragmentos de campiñas, huertas y chacras. La ciudad está a una altitud 2328 msnm, la parte más baja a 2040 msnm en el sector denominado el Huayco en el distrito de Uchumayo y la más alta se localiza a los 2810 msnm. Buena parte de la ciudad se encuentra en pendiente para sortear este gran desnivel de casi 800 metros, y está rodeada por impresionantes volcanes: el Misti (5820 m y símbolo de la ciudad), el Chachani (6057 m) y el Pichu Pichu (5665 m), Todos ellos, en especial el Misti están monitorizados por su posible actividad sísmica que de siempre ha sido una gran amenaza para la ciudad: hubo al menos cinco erupciones mínimas durante el siglo XX y una erupción mayor en el siglo XV, durante el gobierno de Túpac Yupanqui. El Misti es un volcán activo con fumarolas visibles desde la ciudad de Arequipa.

Arequipa tenía un valor adicional para nosotros, ya que alberga a “Juanita”, la niña del Ampato que los incas sacrificaron a los dioses en lo alto del volcán que era el objetivo de nuestra expedición en el siglo XV. Se encontró en muy buen estado de conservación, gracias al hielo, en 1995 por el arqueólogo de montaña Johan Reinhard (de donde salió el apelativo de Juana, Juanita por Johan) y el andinista Miguel Zárate. Juanita puede verse hoy en día en su arcón congelador en el Museo de los Santuarios Andinos.

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Fenando Valladares

Aprender y enseñar forman un círculo virtuoso del que obtengo energía y motivación para los proyectos más ambiciosos y disparatados.

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