46- El oro negro de California

El oro negro de California. California protagonizó uno de los episodios mas locos de la humanidad con la búsqueda frenética de oro. Ahora está liderando la producción de otro oro, menos glamuroso, pero mucho mas útil y necesario para la humanidad: el compost. El compostaje de la materia orgánica permite reducir la emisión de gases de efecto invernadero como el metano y de forma indirecta mitiga el cambio climático y la degradación ambiental mejorando la fertilidad y la biodiversidad de los suelos y el ciclo hidrológico. La ciudad de San Francisco se ha convertido en un auténtico éxito de compostaje urbano. Recology, que recoge la basura de San Francisco desde 1921, puso en marcha un programa piloto de compostaje. Comenzó en el mercado de productos al por mayor de San Francisco y en las rutas residenciales del distrito de Richmond. Poco después, se amplió para incluir algunos grandes hoteles de convenciones. En el año 2000, se extendió a toda la ciudad. Nueve años después, cuando ciudades como Seattle acababan de iniciar sus programas de compostaje residencial voluntario, San Francisco hizo que el compostaje y el reciclaje fueran obligatorios para todos los residentes y empresas. Todo ello formaba parte del ambicioso plan de la ciudad para ser «Cero Residuos» en 2020. El 1 de enero de 2022 entró en vigor una ley que obliga a todas las ciudades y condados de California a proporcionar a los residentes un medio para separar y reciclar sus residuos orgánicos. Hoy, el programa pionero de San Francisco es mundialmente conocido. Más de 135 países han enviado delegaciones para estudiar de primera mano los sistemas de compostaje y reciclaje de la ciudad. La ciudad recoge cada día más de 500 toneladas de materiales compostables en sus omnipresentes contenedores verdes, ayudando a desviar un 80% de los residuos de la ciudad de los vertederos. Todos estos restos orgánicos se convierten en abono de alta calidad en sólo 60 días en las instalaciones de Blossom Valley Organics, al este de la ciudad, y luego se venden a granjas, viñedos y huertos locales. Los ingresos de estas ventas ayudan a compensar el coste del programa. «Si algo va al vertedero, no hay venta. Un estudio de 2013 descubrió que las operaciones de compostaje proporcionaban más puestos de trabajo que las tres incineradoras de basura del estado juntas.

Una buena revisión de los efectos positivos de reírse se puede encontrar en este artículo y en las referencias que incluye: JongEun Yim. 2016. Therapeutic Benefits of Laughter in Mental Health: A Theoretical Review Tohoku J Exp Med: 239(3):243-9. https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/27439375/