Estás aqui -> Inicio » En mi tiempo libre » Trotando » La historia de mis zapatillas

Todos los corredores, indistintamente de su nivel y experiencia, mantienen una relación intensa con sus zapatillas. No en vano, son su única conexión con el mundo mientras corren. Quien mas, quien menos ha probado una buena cantidad de zapatillas a lo largo de su vida como corredor. Y es común que con algunas se establezca profundas relaciones de amor.

Yo no soy ninguna excepción. Calculo que he corrido con mas de treinta modelos distintos. Algunos han pasado sin pena ni gloria, otros me causaron rozaduras o ampollas a las pocas horas e incluso los hubo que me generaron inestabilidad e inseguridad al saltar entre las rocas… Reorganizando mi armario, he rescatado las treces zapatillas con las que mas he disfrutado, y aquí les dedico un pequeño homenaje.

Las trece zapatillas con las que mas he disfrutado, ordenadas en grado creciente de protección. (1) mi pie izquierdo, junto con el derecho me ha llevado lejos sin protección adicional. (2) y (3) dos modelos de Five Fingers con suela Vibran, el (3) con taco suficiente para correr en montaña… con cuidado! (4) Merrel trail glove. (5) Inov Terra Claw 220. (6) Salomon Lab Sense. (7) Salomon S-Lab Sense 5 Ultra SG. (8) Inov Trail Rock. (9) Inov Roclite 315. (10) Inov Roclite 8 315 con Gore Tex. (11) Salomon Speedcross de bota. (12) Saucony Breakthru. (13) Hoya Speadgoat.

La primera zapatilla es tu propio pie (1). Pero salvo casos muy excepcionales, en los países occidentales nos embuten el pie en un calzado a los pocos meses de nacer, y tiene que ser un ejercicio voluntario, de adulto y contracorriente, el sacar los pies del zapato para caminar o correr. Yo nací con un problema en mi pie izquierdo (equino vado supinado) y tuve que gatear con escayola y pasar media infancia con zapato ortopédico. Quizá por eso siempre disfruté mucho de sacar los pies a pasear, de caminar descalzo por casa, por la playa, por el césped… Con 40 años decidí comenzar a correr descalzo. Me llevó varios meses acostumbrar el pie a pisar bien en suelo duro y variable. He llegado a correr 10 kms en 50 minutos completamente descalzo y es increíble comprobar lo bien diseñado que está nuestro pie y lo poco que duele pisar piedras o pequeños cristales cuando corres sobre asfalto. Cuando quise aumentar la frecuencia de sesiones de carrera descalzo, comprobé que mi piel no se regeneraba a la suficiente velocidad. No podía correr mas de dos veces por semana descalzo, y aun así, si pasaba por terreno abrasivo, simplemente el enlosado de la acera de la puerta de mi casa, se me quedaba la planta del pie muy fina, demasiado fina, y comenzaban dolores, ampollas e infecciones. Asi que para entrenar los cinco o seis días a la semana que me ha gustado siempre entrenar, no me quedó mas remedio que proteger la planta del pie.

Y así redescubrí las zapatillas de dedos (2) o las famosas five fingers. Ya las había usado y me ayudaron mucho a mejorar la biomecanica, a apoyar bien el pie, a caer de antepié… Con los five fingers podía correr con mas frecuencia y distancias mayores sin que se me pelara la piel del pié. Probé varios modelos. Todos con suela Vibran, de gran calidad y muy resistente. Me encantaron las que están pensadas para terreno irregular, que tienen pequeños tacos (3). Con ellas corrí por nieve, no solo por barro, piedras y arena. Y la tracción es increíble. Pero una día en la fuerte bajada de Bola del Mundo a la Barranca, en la Sierra de Guadarrama, sentí el pie muy expuesto a los impactos con las rocas y me prometí que no haría nunca mas una bajada de 1000 m y 6 kms por terreno técnico y rocoso con un calzado así.

Continué mucho tiempo explorando el calzado minimalista. Disfruté muchos años con la marca Merrell. Me gustaron mucho las Trail Glove (4). Mas tarde descubrí la casa Inov, y casi todas sus zapatillas minimalistas me gustaron. Poco drop (diferencia entre punta y talon de altura sobre el suelo, es decir, “inclinación” o efecto “tacon”) y muy ligeras, aunque con buenos tacos y estupendo agarre en barro y roca. De esta marca Inov, corrí muchos kms y algun ultramaraton de montaña con las Terraclaw (5) que pesan sólo 220 gramos.

Correr en montaña, tarde o temprano te pone en contacto con las zapatillas Salomon. Las mas ligeras, las Lab Sense (6) son geniales, buena tracción a pesar de sus pequeños tacos, muy ligeras y una confección y ajuste increibles. Pero muy caras, asi que las reservo para carreras y ocasiones especiales.

Un grado mas de protección y con un taco mas agresivo, las S-Lab Sense 5 ultra SG (7). Me gustan, pero para carreras cortas. Me aprietan un poco los dedos, no me dejan tanta libertad en el antepié, y cuando me he ido por encima de los 30 kms acabo con molestias y alguna pequeña ampolla. Para 15 kms en barro, genial.

El paso bueno para el barro, el agua, las turberas siempre empapadas lo di con otras Inov, las Trail Rock (8), muy ligeras, con un taco marcado y una redecilla que transpira y se moja y se seca con rapidez.

Enamorado como estaba, y aun estoy, de las Inov, busqué alguna con algo mas de amortiguación y protección para tiradas mas largas y porque voy acumulando lesiones y años en mi pobre cuerpo… Las Roclite 315 (9) me han ido muy bien y las usé con felicidad en varios ultramaratones.

Para correr en nieve no solo hace falta buenos tacos y buena tracción, sino también prevenir que te mojes mucho el pie y se quede congelado. Algo crucial si vas a estar varias horas ahí fuera. Así me hice con las Inov Roclite 8 315 pero con Gore Tex (10). Me fueron muy bien en Islandia. Geniales para caminar y corretear por nieve. Sin embargo, en el ultramaraton de los Alpes este año me resultaron pesadas y me provocaron alguna uña negra y rozaduras tras 9 horas de montaña. Eso si, son “water proof” total, con unas polainas, no te entra nieve ni agua y acabas con el pie y los calcetines bien secos.

He disfrutado mucho, aunque he tenido pocas ocasiones, las Salomon Speedcross de bota (11). Te agarran muy bien el tobillo y evitan que entre nieve. Los tacos son muy buenos. No obstante, las Speecross no me acaban de gustar porque tiene mucho drop: 10 milimetros!!! No acaba de gustarme tanto tacon. Todo lo que sea mas de 4 o 6 mm, me genera inestabilidad y desconfianza. Estas botitas estan bien para entrenamientos y carreras cortitas con mucha nieve.

Como no todo va ser correr por el campo y la montaña, siempre hay que tener alguna zapatilla polivalente que puedas meter en pista y que vaya bien en asfalto. Además, acumulando desgaste y lesiones en tobillos y rodillas, hay que tener zapatillas que mimen un poco el pie. Yo estoy feliz con las Saucony Breakthru (12). Ligeras, amortiguadas, un pelo demasiado drop (8 mm), pero me acostumbré y voy bien en pista y hasta en caminos poco técnicos.

Mi ultima adquisición está mediada por mi lenta recuperación de la operación de menisco. El año pasado me quitaron un trozo, y aunque recuperé rápido y bien, comencé a correr carreras de montaña demasiado pronto y me hice alguna molesta avería tipo edema óseo y similar. La semana pasada me hice con estos gigantones de Hoya, las Speadgoat (13) y aunque vas un poco como subido a unos andamios, tiene un drop razonable y son increiblemente ligeras. Me vi muy bien corriendo con ellas, atenuando el impacto sobre mi aun maltrecha rodilla. Estoy aun probandolas, pero las vibraciones son buenas…

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Fenando Valladares

Aprender y enseñar forman un círculo virtuoso del que obtengo energía y motivación para los proyectos más ambiciosos y disparatados.

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