Estás aqui -> Inicio » En mi tiempo libre » Trotando » ¿Por qué corro?

Tantas veces nos hacemos y nos hacen esta pregunta a los que corremos… ¿Por qué corremos? A veces, cuando el estrés y una agenda complicada nos hace meter con calzador la actividad deportiva nos llegamos a cuestionar si vale la pena el esfuerzo. Las endorfinas que se liberan con esa actividad intensa suelen compensar bastante… la salud general que conlleva el ejercicio regular, también…
Pero el viernes pasado, cuando en un viaje de trabajo a Suances (Cantabria) me obligué a madrugar y a salir a correr diez kilómetros antes de la reunión, vi la respuesta bien clara. Una vez mas. Y me quiero recordar a mi mismo y compartir con todo aquel que corre o que ha corrido o que quizá corra algún día porqué corro, porqué corremos…
Salir del hotel de noche, en silencio para no molestar, sentir el frescor húmedo del amanecer junto al mar, un frescor que te pone la piel de gallina… comenzar a trotar sin mucho convencimiento para pasar gradualmente a descubrir un paisaje nuevo… un paisaje tanto exterior como interior… tras entrar un poco en calor, la claridad comienza a inundarlo todo… la bruma se abre y da paso a unos acantilados preciosos que esperaban, golpeados por las olas, a que alguien los mirara… el sudor va empapando la camiseta, la transpiración se combina con la bruma, los pensamientos se funden con el horizonte… una sensación de libertad infinita inunda los pulmones con cada respiración profunda… no puedes creerte lo que te habrías perdido sino hubieras salido de la cama… y si no fuera por las zapatillas, no hubieras salido nunca…
Las imágenes de los acantilados y playas de Suances se me grabaron profundamente, me acompañaron todo aquel día y aun me siento feliz cuando en cada minuto de cualquier día, recuerdo ese paisaje libre, hermoso e infinito que descubrí, sentí e hice mío durante una hora…

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Fenando Valladares

Aprender y enseñar forman un círculo virtuoso del que obtengo energía y motivación para los proyectos más ambiciosos y disparatados.

Aprender y enseñar forman un círculo virtuoso del que obtengo energía y motivación para los proyectos más ambiciosos y disparatados.