Durante nuestra primera semana en Arequipa no eludimos lo ineludible: subir al volcán Misti, el símbolo de la ciudad. Nos serviría de entrenamiento y aclimatación y nos permitiría tener unas buenas vistas del valle del rio Chili.
El Misti es un estratovolcán, un tipo de volcán cónico y de gran altura compuesto por múltiples capas de lava endurecida, alternando con capas de piroclastos (lapilli y cenizas surgidos por una alternancia de épocas de actividad explosiva y de corrientes de lava fluida). Estos volcanes son de perfil escarpado y tienen erupciones periódicas y explosivas. La lava que fluye desde su interior es altamente viscosa y se enfría y endurece antes de que pueda llegar lejos. La fuente de magma de estas montañas es ácida o rica en sílice. Durante la época colonial la mayor parte de las casas fueron construidas con el sillar, piedra blanca formada con la deposición de cenizas y lapilli durante las erupciones piroclásticas del volcán. La última vez que el Misti tuvo una actividad relevante fue en 1870, pero se le considera activo y hay todo un plan de seguimiento y de evacuación de la cercana ciudad de Arequipa en caso de erupción. Presenta un cono casi perfecto, que se eleva a 5820 m s. n. m., entre los volcanes Chachani (6055 m) y Pichu Pichu (5665 m). Durante una expedición dirigida por los arqueólogos José Antonio Chávez y Johan Reinhard (los mismos que descubrieron a “Juanita” en el volcán Ampato) en 1998 se encontraron cerca de la cumbre ocho esqueletos incaicos, que se consideran evidencias de sacrificios humanos.
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( votes)Aprender y enseñar forman un círculo virtuoso del que obtengo energía y motivación para los proyectos más ambiciosos y disparatados.
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